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Historia

Una idea y un sueño…

En 1956 un joven matrimonio argentino se instaló en Montevideo con una idea y un sueño. Eduardo Rubio y Beatriz Magliati, egresados de las Escuelas de Bellas Artes de Buenos Aires, fundaron el Taller de Expresión Plástica de Montevideo para trabajar con la creatividad de los niños en el arte.

La historia, que comenzó con un taller en la calle Francisco Vidal, siguió en la esquina de Benito Blanco y Juan María Pérez donde permaneció 40 años y se transformó en la institución que es hoy. En 1998, buscando un lugar más amplio y luminoso, se traslada a su ubicación actual en Luis de la Torre y 21 de setiembre.

Desde hace más de dos décadas, la segunda generación lleva adelante el taller. Rosina Rubio, hija de los fundadores, y su esposo Pablo Salgueiro, ambos docentes y formados en el arte y la pedagogía, continúan formando artistas y aficionados, en los coloridos rincones del taller más antiguo de Pocitos.

Por los grandes ventanales de su colorida fachada se ven grupos de niños trabajando entre risas, adultos concentrados en la confección de una pieza o jóvenes involucrados jugando con los colores de un cuadro. Desde lejos se nota que es un sitio con encanto, un lugar mágico en plena ciudad. Si bien el taller ha crecido y cambiado a través de los años, la esencia sigue siendo la misma: un espacio en el que la actitud es más importante que la aptitud y donde el proceso es tan disfrutable como el resultado.

El Taller de Montevideo es un espacio para disfrutar, distenderse y aprender con placer.